lunes, 10 de febrero de 2014

Así comenzó la idea - Octubre 2013

En el marco del 3er Salón de Arte Sustentable que se llevó a cabo en la ciudad de Bahía Blanca durante Septiembre del 2013 di un taller sobre juguetes sustentables. Enseñé cómo hacer un avión en base a una botella, cartón y papel. Tuvo tanta repercusión que me di cuenta de que no hacen falta ideas complicadas para lograr grandes efectos. Estos juguetes involucraban diseño, inventiva, creatividad, juego, reciclado, cuidado del medio ambiente y participación variada en cuanto a edades y profesiones. No hacía falta ser experto en juguetes, tener una maestría en comunicación ni ser un licenciado de ecología para hacer un cambio.
Fue así como surgió el proyecto Avioncito Mensajero Sustentable.
Una noche de Octubre, junto a mi amiga Maru redactamos lo que sería la base de todo: 

Proyecto: Avioncito Mensajero Sustentable

Avión en tránsito impulsado por el motor de la alegría, el juego y la libertad del aire. Recolectando a su paso el hacer de cada uno y el intercambio de experiencias. Vuela de mano en mano hasta llegar a las del niño, apostando con fe desde ese lugar, al futuro reflejado en su sonrisa.
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Este proyecto integra distintos grupos de la sociedad mediante la realización interactiva, colectiva y exponencial de la creación de una obra artística inclusiva que tiene como intención llegar a los niños desde el juego y el color y, además, de hacer visible la responsabilidad que nos corresponde como sociedad de formar parte activa del cuidado de la integridad emocional de nuestros niños. En especial aquellos que se encuentran debilitados por la enfermedad. Sumado a lo anterior, esta red de trabajo comunitario abarca el tema del cuidado del medio ambiente por medio de la reutilización de materiales de descarte. El avión empieza siendo una botella en la basura que alguien decide resignificar armando la estructura primaria del juguete con ensambles de cartón y cartapesta. Otro grupo se encarga del color convirtiéndolas en piezas atractivas para que los niños jueguen. Previo a esto serán expuestos como muestra itinerante durante 3 o 4 días en lugar a convenir para finalmente llegar a hospitales para dar color a las habitaciones o para que los niños jueguen. Así, cada quien habrá sumado con su dedicación y tiempo algo más que la realización de un simple avión de juguete. Este proyecto apuesta a la comunidad, a la solidaridad, al amor y al cuidado del medio ambiente. 










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